Conferencia “Amor y Arteterapia”, de Anna Buxaderas

“El amor eterno” estatua en Kiev

Monumento al amor eterno en Kiev dedicado a conocer al antiguo campo de prisioneros de guerra. Creada por los escultores Alexander Morgatsky y Grigory Kostyukov y instalada en el parque Kreschaty en 2013

Sólo hay dos cosas más grandes que todo. La primera es el amor y la segunda la guerra…Y como no sabemos en qué va a acabar la guerra, vida mía, hablemos de amor…” Rudyard Kiplin

 

En el momento de escribir esta conferencia, imagino este auditorio, y un escalofrío me recorre por dentro. Siento el inmenso agradecimiento y vértigo de tener la oportunidad de hablar sobre las Artes Expresivas y el amor con personas de tantos países diversos. Y pienso en que el amor y el arte son dos lenguajes universales. Me parece muy bello tratar juntos este tema en esta ocasión. Toda una oportunidad de instaurar entre nosotros amorosamente un resonar conjunto.

La universalidad del amor y el arte: 

El amor, porque todos, vengamos de donde vengamos, a pesar de que construyamos nuestras familias de formas diversas, o vivamos según convenciones sociales distintas, sabemos lo que es amar. Me atrevo a decir que todos hemos amado, nuestro corazón tiene la misma forma de quebrarse por circunstancias parecidas y la misma forma de sentir el agradecimiento hacia el amor que recibimos, que nos sana, alivia y reconforta.

El arte, porqué llega a una profundidad donde los códigos sociales, y por lo tanto nuestras diferencias, se borran. Porqué a través del arte nos podemos escuchar, resonar, comprender, y sentirnos cerca. 

Sobre el amor y la tarea de las artes expresivas.

Encontré esta imagen que me resultó totalmente en resonancia con esta conferencia, cuyo autor desconozco. El título del artículo que la acompañaba decía: “El ser humano es capaz de engendrar las más atroces guerras y al mismo tiempo de escribir las más bellas poesías”.

 Nuestra tarea es la de escribir la poesía y esta tarea obviamente está muy relacionada con el amor, con lo que une, con lo que crea.

Nuestra tarea es la de acompañar la intimidad de los seres humanos. Como terapeutas tenemos el honor de ver el teatro de la vida entre bambalinas, y es ahí que podemos ver cuán importantes son las historias de amor para las personas.

En la era de la “Happycracia”, donde la felicidad se convierte en un estilo de vida obsesivo y consumista, los asuntos del corazón quedan sepultados por un ensalzamiento de la superación personal. Millones de recetarios se despliegan en el basto universo de las redes sociales, ¡sé tú mejor versión!, mantén la mente abierta! ¡Ten confianza! ¡Cuida tu felicidad! ¡Evita la desesperación!

Cómo si pudiéramos controlar y contener la vida, hacer que todas las cosas sucedieran a través de un esfuerzo obsesivo o algo que pudiéramos comprar. ¿No nos acerca esta forma de ver el amor a una inmensa necesidad de control y por lo tanto al miedo? ¿NO es eso justamente lo contrario al amor?

Como si la vida no fuera mucho más grande que todos nosotros, como si de repente el Amor dejara de ser ese noble, profundo y conmovedor misterio, esa fuerza inmensa que nos sorprende y cautiva, y que nos conecta con la vida.

Resueno con Pessoa

Si hablo de la Naturaleza no es porque sepa lo que es,
sino porque la amo, y la amo por eso,
porque quien ama nunca sabe lo que ama,
ni sabe por qué ama, ni qué es amar…

Amar es la eterna inocencia,
y la única inocencia es no pensar…

Fernando Pessoa

Amar es la eterna inocencia, inocencia que nos es arrebatada a través de la cultura del miedo y el control.

Y amar, no es fácil, nos sobran motivos para estar enfadados y rencorosos, cargamos una historia compleja, difícil, nos han dañado y hemos dañado. Entre hombres y mujeres, entre razas y culturas, entre naciones, y dentro de nuestras familias, amantes, parejas, padres e hijos. ¿Cómo preservar entonces esta inocencia? ¿Cómo reconciliarnos con la vida? ¿Como emprender de nuevo el vuelo? ¿Qué papel pueden tener las artes expresivas en esto?

Imagino nuestra tarea como un taller de reparación de corazones rotos, cuyas herramientas son la escucha, la ternura, la paciencia y la sabiduría. El arte es el hilo dorado que cose las heridas, es también el bisturí que pincha la entumecida piel para liberar las infecciones con dolorosa belleza y es además el bálsamo que alivia y reconforta.

Pero lo que no es el arteterapia: No es un recetario para vivir con éxito, ni es una pastilla que atolondra nuestra sensibilidad con anestesia.

Nuestra tarea en las artes expresivas va muy profundamente ligada, e incluso enraizada, en el amor:

– Porque la salud psicoemocional de una persona, comunidad o sociedad tiene que ver con el sentido de pertenencia y el derecho al amor

– Porque trabajamos desde lo íntimo, en lo íntimo y para lo íntimo.

–  Porque la creatividad puede ser un generoso acto de amor, y el amor de otros y el amor hacia la vida nos empuja a crear, a querer ser mejores personas,

– Porque el arte nos conecta con el sentir, con la belleza y por lo tanto con sentir amor hacia la vida.

– Porque una obra de arte contiene la verdad íntima de una persona, y esa verdad puede resonar en los demás. La obra de arte surge desde una necesidad expresiva de una persona, y esa obra de arte espera atemporalmente a ser resonada por un otro. El arte es un pedazo del alma de una persona queriéndose comunicar con otra. 

El arte puede ser una oportunidad para expresar lo que nos duele y congela, y así poder sanar las heridas para no quedarnos anclados al miedo, la desconfianza o el resentimiento. Porque nuestra tarea tiene que ver con la profunda intimidad de una persona, y en ella se hallan todos los sentimientos encerrados, todas las contradicciones. También las historias de amor y de desamor, que a veces atormentan obsesivamente al ser juzgadas, pensadas. Todas las preguntas íntimas que no tienen respuesta. Sin excepción todas las personas que en algún momento han acudido a mi consulta han necesitado transitar por sus interrogantes acerca de sus relaciones, también por sus sentimientos encontrados.

Pienso ahora en una mujer en concreto, ya con 60 años, casada con su pareja desde joven, sufría de fibromialgia y guardaba un profundo y silencioso rencor hacia su marido básicamente por sentir que ella había dado mucho más en la relación que él. Su rencor solamente se expresaba por su desgana de hacer el amor con él, cosa que a su edad y al padecer dolores, podía parecer del todo natural. El espacio de ternura y confianza que brinda el espacio del arteterapia hizo que pudiera escucharse, sentirse, nombrar ese rencor del que ni siquiera tenía conciencia, sentir compasión por ella misma, llorar. Y reconocerse a sí misma que seguía enamorada de su marido. Fue después capaz de hablar con su marido, expresarle sus sentimientos y decirle lo que necesitaba de él. Le mostró a su marido las poesías y los dibujos que había creado en terapia. Su marido pudo comprenderla, pudo escucharla. Tal vez otro marido no lo hubiera sabido hacer… ¿qué hubiera pasado en este caso? no lo sabemos, pero en este caso fue así, y lo que es cierto es que el arte en esta ocasión le permitió transitar sus sentimientos más íntimos y expresar la verdad de su alma con sinceridad, y comunicarse.

Si bien es cierto que, en este caso, ella a mitad de su proceso llegó a convencer a su marido para que también hiciera un proceso de Arteterapia, cosa que sin duda facilitó la escucha de él. Fue justamente Mónica Sorín quién a su vez acompañó a este hombre, y al leer la conferencia juntas nos damos cuenta de que también aquí se expresa el amor a nuestra tarea y la conexión del arte, ya que jamás habíamos compartido estos procesos durante la silenciosa tarea que hacemos en el consultorio. Al leernos en esta conferencia nos damos cuenta de que somos cómplices en el proceso de amarse de saber amarse de dos seres humanos.

Volviendo a ella, el proceso de esta mujer ha sido mucho más amplio que esta anécdota y ha podido ablandar su necesidad de control en muchos aspectos de la vida y enternecerse, no solo ha reducido muchísimo su fibromialgia, sino que, además, hace poco me comentó pícara, que con su marido están teniendo una revolución sexual. Me dijo, te lo cuento solo a ti porque mis amigas se morirían de envidia y no lo entenderían.

Es también un potencial del arte el de conectarnos con el amor a la vida, porque como dijo Robert Fillou, que “El arte hace que la vida sea más interesante que el arte”. Estar conectados con la vida, amarla tal y como es, unirnos en nuestras diferencias.

– Es necesario crear espacios de acogida y de resistencia a la falta de sentido. Para que una persona pueda abrirse a su universo íntimo y dar el salto valiente de entrar en un proceso creativo y de crear desde la verdad de un cuerpalma, es imprescindible la ternura y sensibilidad de quien las acompaña. Nuestra tarea es también ayudar a las personas a encontrar belleza dentro de si mismas y ver también la belleza de la vida.

– El crear conjuntamente puedes unirnos: Es especialmente bello ver en los grupos de niños, como a través de la tarea de la creatividad grupal podemos pasar de una constante pelea, juegos de culpa, malestar, a crear y gozar juntos. En mi trabajo de artes expresivas con niños en la escuela, veo cómo día a día, la tarea de crear juntos, fomenta su sentido de pertenencia y el cuidado y el amor hacía lo que hacen. Pueden pasar rápidamente de estar peleándose y culpándose entre ellos a cooperar, dar lo mejor cada uno de sí mismo, divertirse trabajando seriamente. Y cómo el trabajo continuado con ellos hace que esa cooperación se instaure en el grupo y sea no solo en el aula de expresión artística sino también en las otras materias.

Prueba de ello ha sido también la preparación de este Symposium, donde hemos vivido un crear juntos tanto con el comité internacional, como con el Equipo de nuestra escuela y con los voluntarios. Un despliegue de complicidad, de disfrute, de trabajo en equipo y de belleza.

Y esto es indudablemente, Amor.

«Amar es una sublime oportunidad para que el individuo madure, para llegar a ser algo en sí mismo. Convertirse en un mundo, transformarse en un mundo para sí por amor a otro, es una pretensión grande y modesta a la vez, algo que elige y que da vocación y amplitud.»

Rainer Maria Rilke

Muchas gracias por vuestra escucha

Anna Buxaderas

Co Directora de IATBA

Conferencia realizada en el 34º Symposium de Artes Expresivas. Barcelona 2023

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